Desde los primeros meses de vida, los padres del niño consultan infinidad de médicos en busca de una respuesta, quieren saber porqué su pequeño hijo no avanza, no se desarrolla adecuadamente y presenta signos alarmantes de ausencia o trance mental.
Esta historia es la misma que se repite en muchos hogares con niños celíacos no diagnosticados. La batalla de unos padres por encontrar la causa de porqué su hijo –aparentemente sano- no es normal.
Después 4 años de un largo peregrinaje de entre médicos de todo tipo, malos diagnósticos y angustia, pudieron dar con la verdad, el niño era celíaco. Al igual que su madre, la que no había sido informada adecuadamente por el médico que le diagnosticó la EC, el pequeño hijo padecía de celiaquía, solo que no presentaba los síntomas intestinales típicos de la enfermedad sino que era un caso de celiaquía silente.
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